TANTOS MOMENTOS !

¡TANTOS MOMENTOS!




Caminé hasta la puerta, busqué la llave, cual era?

Si, la que parecía menos vieja, nunca recordaba si la llave

vieja era la de esa puerta o la de la casa.


Caminé hacia el ascensor.

Como siempre, estaba en el piso de arriba.

¿Porque siempre que quieres usar el ascensor

está en la parte mas alejada?

¿Será por lo mismo que siempre te toca la cola más larga ?

¿Por lo mismo que en tu carril siempre se va más lento?


Esperé a que llegase, entré y pulse el numero seis,

mientras subía, me miré en el espejo del ascensor ...

Tengo que cortarme el pelo, tengo que afeitarme ...

esta camisa tiene una mancha ...

joder .... ¡cada día tengo más canas !!


Empuje la puerta, me acerque a la entrada,

la perrita ya estaba ladrando ...


- Hola ... ¿como estás ? ... saludé

- Como siempre, ¿como quieres que esté ?

- Entonces bien ... no ?

- Si ... ¡de puta madre !

- Te he traído la ropa sucia

- Vaya, que ilusión ... ¿tienes alguna sorpresa mas ?

- Bueno ... también te puedo dar un beso ... jejeje


- ¡Hola perrita !!! ¿como estás ??

¿igual que tu dueña ? ¿como siempre ? ... ¿tienes café ?

- Si ... pero ya casi no me queda,

tendrás que llevarme a comprarlo, necesito de casi todo.

- Claro ... ya sabes que me encanta llevarte al supermercado ...

recorrer todo tirando del carrito ... ¡que divertido !!

- Ya ... pero cuando vienes ... ¡pides café !! ...

Por cierto ... ¿me sacaste las fotocopias que te pedí ?

- Aggg ... se me olvidó.

- Vaya ... sabías que me hacia falta ...

lo tengo que preparar yo todo y para una cosa

que te pido vas y te olvidas ... sabes que el plazo

termina dentro de unos días y ...


Siguió hablando ... mucho tiempo ...

Yo la miraba, como si la prestase atención, aunque,

en realidad, lo que estaba observando,

era como se movía su pelo mientras hablaba, como me miraba,

y como, a pesar de estar recriminándome cosas ...

su mirada y su boca parecían sonreír ...

o quizá solo era que a mi me lo parecía ...

siempre pensaba que estaba sonriendo.


Seguía hablando y yo recordaba cuando la conocí ...

¡hace ya tanto tiempo !

Cuantos momentos se acumulan en tanto tiempo.

Piensas en cuantos años han pasado y te da vértigo ...


- ¿Me estas escuchando ?

- Claro ... mañana vamos.

- No te hablaba de eso ...

- Bueno ... es igual ... mañana también

- Todo para ti es mañana ... ¿que es eso que tienes en la camisa ?

- No sé ... lo he visto en el ascensor ...

debe ser de los spaguettis que comí hoy.

- Claro, ¡como lo lavo yo !!

- No dirás que la mancho intencionadamente ... ¿no?

- ¡Pues a veces lo parece !

- Bueno ... me tengo que ir ... mañana te arreglo todo eso

y te llamo para ir a comprar.

- Vale ... no vengas muy tarde, que luego hay mucha gente ...

- No ... vendré pronto ... ¿un beso?

- Si ... venga ... un beso ... y no te pongas esa camisa con ese

pantalón que no queda bien.

- ¿Porque ? ... ¿el azul y el gris no son amigos ?

- Ahhh .. ¡haz lo que quieras ! ... hasta mañana.

- Hasta mañana ...


Se quedó en la puerta mientras llegaba el ascensor ...

que ahora estaba abajo del todo, aunque en ese momento,

no me importó que así fuera.

Seguía sonriendo mientras me miraba ...

esta vez con mas intención ...

- Hasta mañana ... la dije de nuevo ...

- Hasta mañana ... contestó ... y ven pronto.

- Si ... vendré pronto ...


Abrí la puerta del ascensor ... volví a mirarme en el espejo ...

- ¡Joder ! ... me tengo que cortar el pelo ... y me tengo que afeitar ...

- Bueno ... mañana ...



No es muy romántico ....

Pero a mi me gusta.




Las cosas que mueren jamás resucitan,

las cosas que mueren no tornan jamás,

se quiebran los vasos y el vidrio que queda

¡es polvo por siempre y por siempre será!


Cuando los capullos caen de la rama

dos veces seguidas no florecerán...

Las flores tronchadas por el viento impío

¡se agotan por siempre, por siempre jamás!


Los días que fueron, los días perdidos,

los días inertes ya no volverán.

¡Qué tristes las horas que se desgranaron

bajo el aletazo de la soledad!


¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,

las sombras creadas por nuestra maldad!

¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,

las cosas celestes que así se nos van!


¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...

de llagas infectas, ¡cúbrete de mal!

¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,

corazón maldito que inquietas mi afán!


¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!

¡Adiós mi alegría llena de bondad!

¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,

las cosas celestes que no vuelven más! ...