Tantos mundos ... tantas distancias,
tantos tiempos distintos ...
para coincidir en un instante.


Una simple coincidencia
llena una vida ...


Ese soplo de tiempo ...
cambia ilusiones ...
cambia destinos ...


Coincidir en ese lugar,
en ese instante ...


Gracias por coincidir ...














Cuando leas estas líneas,
probablemente yo esté aquí
pensando en ti...
como lo hago tan a menudo.


Cuando leas estas pocas palabras,
espero que pienses, solamente por un instante,
todo lo que significas para mí en este momento
y lo que por siempre significarás.


Y cuando continúes con las cosas
que tendrás que hacer en el día,
recuerda ... que yo ...
aún estaré pensando en ti.














Muchas veces,
sentimos la ansiedad de la distancia...
la sensación que producen las mudas palabras.


Nuestras fuerzas se acaban...
y necesitamos buscar la salida...


Todo nos parece distante...
las caricias, los besos, unir nuestras manos...
todo es una ilusión ... un sueño...


Nos duele tenernos sin tenernos...
buscarnos y no estar...
besarnos sin mover los labios...


Pero cuando estemos juntos...
cuando esté a tu lado...
todas nuestras palabras mudas
se harán realidad.


Nuestras manos se buscarán,
ya saben el camino...
saben que no existe el rechazo...
que se conocen, que se necesitan...


Cuando esté a tu lado...
todas las horas de soledad compartida
se convertirán en horas de compartir soledad...














No dejaré que el tiempo borre
ni un poco del ayer,
porque aprendí que,
nadie puede tomar tu lugar.


Siempre pensaré en ti ...
Siempre recordaré ...
un lugar en el tiempo
que todavía nos pertenece
y permanece preservado en mi mente.














Cuando te vas,
una llave gira entre mis tendones,
me retuerce el alma,
la envuelve sobre hierros oxidados,
arranca de raiz las sonrisas.


Cuando te vas,
la tristeza llega en puntas de pie,
pide permiso y pasa,
abre las ventanas y silba,
para que otras penas lleguen
y armen su fiesta de llantos.


Cuando te vas,
se rajan de nuevo
las fisuras separadas
de mi sangre de marmol,
se bajan, lentos ...
los parpados de la esperanza.


Cuando te vas,
el horizonte va pariendo un viento
en remolinos de cansancio y sed,
con truenos quejosos,
que van lamiendo el polvo.


Cuando te vas,
queda ausencia mirandome a lo hondo,
horadandome las certezas,
fatigandome las ansias.


Me busco entonces,
para no sentir el frio de tu voz que no suena,
la angustia de tu impaciencia que ya no brinca,
me busco, para guiarme y no pisar el abismo
de tu nombre esfumado.


Y no me hallo
porque cuando te vas ...
descubro, amor ...
que yo ... me fui contigo.














Esta ansiedad que me lastima y me provoca
un grito desesperado que nadie escuchará
y que nadie sabe el por qué esta soledad,
ni como como llora este corazón solitario
que a diario vive su tristeza y oquedad.


El sueño ha terminado, la ilusión se acabó,
el deseo de alcanzar la estrella anhelada
no se cumplirá jamás.


En esta soledad
ya no hay más...
No queda nada.